lunes, 23 de julio de 2007

El ménage à trois y yo

Los tres chiflados, los 3 chanchitos, Gaby, Fofó y Miliki, Las trillizas de oro, Los 3 mosqueteros, Tiburón, Delfín y Mojarita, moscato, pizza y faina, locro, empanada y vino, palito, bombón, helado…¿hermanos o enemigos? Explicaciones del porque de nuestro trino nombre.

Todos lo sabemos, el 3 encierra grandes misterios. Para occidente representa el número en que se divide su dios eterno, uno y tres, pero también se nos presenta como lógico, simpático, un número “gauchito” que busca la paz y el consenso (piénsese en los tres poderes del estado del conde de Montesquieu o del amigo Juan Jacobo). Asimismo está una excepción menos liberal y (mucho) más divertida, el ménage à trois y sus connotaciones (tri)personales.

Pero, como me preguntó don Pepe mientras pesaba la papa el otro día, entonces, ¿Por qué llamarnos palito, bombón, helado? Ontológicamente, “creemos” que las tres palabras significan lo mismo… pero cuando alguien quiere “helado” , ¿dice “palito”?… trataremos de analizar y resolver el misterio.

Nuestra inigualable amiga la RAE nos define:

Palito: helado.

Bombón: Pieza pequeña de chocolate, que en su interior puede contener licor, crema u otro relleno dulce.

Helado: Bebida o alimento helado.

¡Alarma total!¡No significan lo mismo!¿Acaso es “heladoS”? Claro, debería serlo porque son varios y no uno (sino, ¿cuál sería el negocio?) Manejamos ya una primer hipótesis...correctamente es “palito y bombón helados”… o sea que esos palitos y bombones están fríos… no calientes sino “helados”. ¿O "Helados" funciona como un género cuyas especies serían "palito" y "bombón"?. La importancia del órden se hace notar. No es "helados, palito, bombón", yendo de lo general a lo específico, sino "palito, bombón, helados" (dándolo vuelta). El gremio y el Sindicato de los heladeros (¿habrá que avisarle a ellos que son los que los cargan sobre sus hombros?) han tomado la opción metodológica de ir de lo específico a lo general, presentando los casos particulares antes que los conceptos totalizadores. Y es que claro… no hay dos sin tres.